Existen una serie de productos químicos que merecen especial atención por su persistencia.
La noticia del 20 de marzo de 2023 de NATURE es que los organismos ambientales de EE. UU y particularmente su “Agencia de Protección Ambiental” (EPA sus siglas en inglés) están dispuestos a limitar el uso de estos “productos químicos eternos” que aparecen en el agua. Los mismos, “persistentes y peligrosos en el agua potable” son compuestos de alquilos perfluorados y polifluorados (mejor conocidos como PFAS) que tienen fuertes enlaces de carbono-fluoruro. Esto los hace difíciles de destruir y se han dispersado ampliamente en el ambiente. “Esto es muy importante en términos de protección de la salud pública, pero también en términos de lo que se necesitará para lograrlo”, dice la ingeniera ambiental Michelle Crimi.
La preocupación ha llevado a científicos e ingenieros a desarrollar formas de extraer los productos químicos de manera más eficiente del agua y el suelo y descomponerlos. Esto por supuesto colisiona con las compañías que brindan el servicio de agua por los costos que implica su implementación (en EE. UU.). Imaginemos esta situación en países subdesarrollados que ahora encuentran una nueva preocupación a la ya difícil tarea de proveer agua en regiones ya de por sí agobiadas por el cotidiano servicio de brindar agua potable.
Los perfluoroalquilos y polifluoroalquilos, ya mencionados, son un grupo de sustancias químicas artificiales que se han utilizado en una variedad de productos industriales y de consumo, como recubrimientos repelentes al agua, productos ignífugos, espumas extintoras de incendios y productos de cuidado personal.
Son frecuentes en sartenes de teflón, utensilios de cocina antiadherente, chaquetas impermeables (como Gore-Tex), espumas de extinción de incendios, envases de alimentos y alfombras. Algunos estudios han asociado la exposición a PFAS con efectos adversos para la salud, como enfermedades del hígado, problemas de tiroides, cáncer y efectos en el sistema reproductivo y endocrino.