1a parte
La adaptación que alcanzaron los crustáceos estigobios a lo largo de millones de años de evolución los hace únicos, aún si se las comparan con especies emparentadas de aguas superficiales.
Marcela Peralta
En esta ocasión le pedimos a la Dra. Peralta, investigadora del Instituto de Invertebrados de la Fundación Miguel Lillo un breve comentario sobre los ecosistemas acuáticos subterráneos. En este campo de estudio desarrolló su carrera, especialmente relacionada con los crustáceos que pueblan estos sistemas.
Los cuerpos de agua dulce subterránea comprenden fundamentalmente a los acuíferos, considerados verdaderos ecosistemas (Tione, 2014; Hancock et al., 2005). Estos ecosistemas hipogeos, muy extensos y diversos, son algunos de los más antiguos del planeta (Lou & Bloomfieldy, 2012). Son diversos porque son formaciones de distintos orígenes y naturaleza, con características ambientales que son variables y con parámetros fisicoquímicos altamente condicionantes para la biota. Por ejemplo, los acuíferos cársticos pueden formar cuevas con lagos en su interior, ecosistemas con estructura y flujo de energía y materia, distintos a un lago epigeo. Si nos restringimos al medio dulceacuícola subterráneo, es posible distinguir hábitats particulares, como por ejemplo surgentes, pozos, fuentes de aguas termales, cenotes e hiporreico (hábitat acuático intersticial por debajo del lecho de los ríos). Estos ambientes son, en general, poco accesibles para el hombre y muy vulnerables a la contaminación.
La “Bioespeleología” es la disciplina que estudia la biota subterránea, que es la menos conocida y escasamente documentada de la biosfera (Mammola et al., 2019). Un aspecto muy interesante de los ecosistemas subterráneos es que incluyen numerosos grupos faunísticos relictuales y especies endémicas. En las aguas subterráneas de todo el mundo se registra una diversidad de taxones únicos que puede no encontrarse en la superficie. Comprenden un conjunto complejo de organismos, generalmente dominado por artrópodos, además de otros grupos de invertebrados, vertebrados (anfibios, peces), hongos y microorganismos. Estos organismos han evolucionado especialmente en condiciones de hipoxia, oscuridad y estabilidad microclimática (poca variación de humedad y temperatura). A pesar de la gran diversidad de ambientes hipogeos identificados, se ha comprobado que generalmente los ambientes más profundos son oligotróficos y más estables desde el punto de vista microclimático.
¿Por qué la fauna epigea llegó a establecerse en los ambientes subterráneos oligotróficos? Es posible que los marcados cambios en las condiciones climáticas y ecológicas ocurridas en el pasado hayan sido los factores determinantes. Estas alteraciones habrían llevado a la desaparición o retracción de las poblaciones de vida epigea y la persistencia de solo algunos grupos relictuales en los hábitats hipogeos.
Continuará….
Citas:
-Hancock P.; A. Boulton & W. Humphreys. 2005. Aquifers and hyporheic zones: Towards an ecological understanding of groundwater. Hydrogeology Journal 13: 98-111.
-Lou M. & Bloomfieldy J. 2012. Stygobitic Invertebrates in Groundwater – A Review from a Hydrogeological Perspective. Freshwater Reviews 5(1): 51-71.
-Mammola S. et al., 2019. Scientists’ Warning on the Conservation of Subterranean Ecosystems. BioScience, Volume 69, Issue 8, August 2019: 641–650.
-Tione M.L. 2014. Cuadernos de estudios de aguas subterráneas: el acuífero como ecosistema: comunidades de invertebrados en aguas subterráneas y su relación con variables ambientales